
Un gesto de reciclaje selectivo que da una nota de humanidad sensible, a pesar de laborar entre desechos.
Y ahí va el mono, como una enseña proclamándolo por todo el Real Sitio.

Nací en el mes de Vendimiador según el calendario ateo de la Comuna de París, y este hecho, como por arte natural, debe de dar sus frutos, su vendimia. Esta vendimia, una vez madurada y trabajada convenientemente, da sus caldos con diferentes graduaciones, aromas, colores y olores, en el mejor de los casos y en el peor, una amplia variedad de vinagres.